3 – Autopista
Él se aproxima a ella.
Él – ¿Cuánto?
Ella – 30 euros…
Él – ¿Súper o regular?
Ella – ¿Regular? ¿Sigue existiendo? Pensaba que ya no había más que súper? (Él se queda callado) Bueno, pues me pone de la regular. Para cambiar un poco…
Él – Regular, es más caro.
Ella – ¿De verdad? Que raro…
Él – Pues por eso. Se ha vuelto muy raro, el regular. No se encuentra en todas partes…
Ella – Bueno, pues póngame súper, entonces.
Él – ¿Súper normal o súper extra?
Ella – ¿Cuál es la diferencia?
Él – Súper extra, cuesta más, pero consume menos.
Ella – ¿Y usted que me aconseja?
Él – ¿Usted consume mucho?
Ello – Yo que sé. Siempre pongo 30 euros…
Él – Ponga extra.
Ella – Bueno, pues… Lleno, entonces…
Él – ¿Le compruebo los niveles y la presión?
Ella – ¿Es gratuito…?
Él – Es a voluntad del cliente.
Ella – Pero más o menos…
Él – Un euro, como mínimo. Dos para los más generosos. Cinco para los benefactores de la humanidad. ¿Le hago una tarjeta de fidelidad?
Ella – ¿Y qué se consigue?
Él – Por cada mil litros de gasolina comprada, tienes derecho a un lavado gratis.
Ella – Si nunca pensé en lavarlo…
Él (aproximándose) – ¿Y esto qué es? Un excremento de paloma…
Ella – ¿Usted cree…?
Él – No puede dejarlo así. Muy corrosivo.
Ella – ¿Y qué hago yo?
Él – Puede coger una tarjeta de fidelidad.
Ella – Es que no vengo a menudo por aquí. Estoy de vacaciones…
Él – La tarjeta es válida en todas las estaciones.
Ella – La próxima vez, quizás…
Él – Ya está. Son 99 euros.
Ella – Tome. Puede guardar el cambio.
Él – Gracias.
Ella – Perdone, pero ¿sabe usted dónde estamos?
Él – ¿A dónde va?
Ella – Pues, no sé todavía.
Él – De todas formas, no puede dar la vuelta…
Ella – ¿Y la próxima salida?
Él – Muy lejos…
Ella – Bueno, voy a seguir entonces.
Él – Buen viaje.
Ella – Gracias. Igual para usted.
Ella se marcha.
Él (suspirando) – Las mujeres…
Oscuro.