Doble Incógnita

11 – Doble Incógnita

Un hombre de pie, frente al público, mira una tumba imaginaria. Otro llega.

Dos – Disculpe… ¿ Es ésta la tumba del autor desconocido ?

Uno – Pues no… Esta es la del soldado desconocido.

Dos – ¿ Está usted seguro ?

Uno – Creo que sí… Pero bueno… A veces es fácil despistarse. Como no hay ninguna inscripción… (Saca una hoja de su bolsillo) Me han dado un plano, a la entrada… (Se pone las gafas e intenta leer el papel) A ver…. W28… Si, eso es. El soldado desconocido. Entre el genio ignorado y el alcohólico anónimo. Mire, el autor desconocido esta justo detrás : X29…

Uno – Me pregunto si era tan buena la idea ponerlos todos en el mismo cementerio…

Uno (mirando otra vez el plano) – Sí, eso es… Y el agente secreto, está en X27…

Los dos se recogen un momento en silencio, cada uno delante de su tumba.

Uno – ¿ Era un pariente suyo ?

Dos – Este o cualquier otro. Vaya a saber… Yo nací de padre desconocido…

Uno – Espere un momento… (Mirando de nuevo el plano) El padre desconocido… No, decididamente, no entiendo nada. Por lo menos, si hubieran puesto un índice alfabético. Esta tabla de doble entrada con cifras y letras, es ridículo… Parece a una batalla naval ! A5, agua… C10, tocado… B12, hundido…

Dos – ¿ Y usted ?

Uno – ¿ El soldado desconocido ? Era mi madre…

Dos – Mmm… Y usted ha recogido la antorcha…

Un – Mire… La carrera militar, en casa, es una tradición antigua. Somos soldados de madre a hijos. Además, ya tengo mi sitio reservado en el panteón familiar.

Dos – ¿ Porque hay panteones también ?

Uno – ¡Sí, sí, por supuesto! Toda mi familia está enterrada aquí. Un largo linaje de militares muy discretos. Sabe: la Gran Muda, como dicen los franceses…

Dos – ¿Por ser muy limpios… o por mudar a menudo?

Uno – Por ser muy callados.

Dos – Claro…

Silencio.

Uno – ¿Así que usted investiga su paternidad?

Dos – Sí.

Uno – ¿Y qué le pediría a su padre si consiguiera encontrarle algún día, en este mundo o en otro?

Dos – No sé… ¿Sus papeles?

Uno – Claro..

Dos – ¿Y usted?

Uno – La autorización para registrale. Para comprobar que no lleva armas.

Dos (suspirando) – Es muy difícil vivir sin saber de dónde procedemos…

Uno – Es exactamente lo que les vengo repitiendo a mis hombres en el cuartel. Cuando uno no sabe de dónde viene, no puede saber dónde está. Para hacer bien la guerra, primero se necesita un buen mapa. Y saber leerlo… ¿Por qué cree usted que durante siglos, no quisieron contratar mujeres en el ejercito? ¡Porque son totalmente incapaces de leer un mapa!

Dos – Mmm…

Uno – Y usted ¿Qué hace en la vida?

Dos – ¿Yo…? Teatro…

Uno – Ah, sí, el… El teatro.

Dos – Actor.

Uno – Sí. ¿Y es usted muy famoso?

Uno – Totalmente desconocido…

Dos – Perfecto. Siga así (A punto de irse) Pues… Encantado de no haber le conocido…

Uno – Yo tampoco.

El primero se va. El segundo se queda solo.

Uno – Bueno… ¿ Y ahora qué…?

Oscuro.