4 – Interrogatorio
El primero (o la primera) va y viene por detrás del segundo (o la segunda), sentado en una silla.
Uno – Acabarás por hablar, sabes. He doblegado a más resistentes que tú, te lo aseguro…
Dos (como si recitara una lección) – Soy inocente, se lo juro.
Uno – Claro, como siempre. Lo que dicen todos. Bueno, otra vez : nombre, apellido, fecha de nacimiento, profesión…
Dos (aburrido) – Pedro Sinsilla, 33, enfermero…
Uno – ¿Y dónde estabas, Sinsilla el miércoles por la noche, a eso de las doce?
Dos – En la cama. Durmiendo.
Uno – ¿ Solo ?
Dos – No, con mi novia.
Uno – Y, naturalmente, vas a decirme que ella también estaba durmiendo…
Dos – Pues sí. A las doce… Trabajamos los dos. Tenemos que madrugar mucho.
Uno – Por lo menos, podrías tener un poco más de imaginación.
Dos – No tengo nada más que decirle.
Uno – Ya… Pues de todas formas vas a decírmelo.
Dos – ¿ Decirle qué ? ¿ Que no tengo nada que decir ? Si acabo de decirle…
Uno – No te pases conmigo. No estás seguro de ganar.
Dos (levantándose) – Eso está claro…
Uno – ¡Siéntate, Sinsilla !
El otro está muerto de risa.
Uno – ¿ Quieres que te inculpe también por desacato a la policía ?
El otro vuelve a sentarse suspirando.
Uno – Muy bien… Entonces… ¿ Qué estaba diciendo…? Ah, sí… ¿ Que dónde estabas el martes por la noche ?
Dos – ¿ No habías dicho el miércoles ?
Uno – Bueno, martes, miércoles, qué más da… ¿ Dónde estabas ?
Dos – La verdad es que no recuerdo.
Uno – ¿ Cómo que no recuerdas ? Acabas de decirme que estabas en la cama, follando a tu novia.
Dos – No, eso era el miércoles…
Uno – ¡ Cabrón ! ¿Vas a hablar, o no ?
Da un golpe violento con la mano en la mesa que se desploma. En seguida hace una mueca de dolor y se coger la mano con la otra.
Uno – ¡Hostia puta!
Dos – Pero ¿qué coño…?
Un – ¿A ti qué te importa…? ¡Joder…!
Dos – ¿ Duele mucho…?
Uno – Me he destrozado la mano…
Dos – A ver… Soy enfermero, ¿ no te acuerdas ?
El otro se deja examinar.
Dos – Está bien. No hay fractura.
Uno – ¿ Por qué me duele tanto, entonces ?
Dos – ¡Qué bestia eres ! Has roto la mesa. Hasta has llegado a darme miedo. Casi he llegado a creer que me ibas a dar una chuleta de verdad…
Uno – Perdón… No me di cuenta…
Dos (suspirando) – ¡Qué coñazo estos entretenamientos! Además, estoy harto de hacer de acusado.
Uno – Pues la próxima vez harás de policía. Ya verás si de verdad es más divertido…
Dos – Vale… ¿ Descansamos un rato ?
Uno – De acuerdo.
Saca un paquete de cigarrillos, y le ofrece uno a su colega.
Dos – Gracias, dejé el tabaco la semana pasada.
El otro se dispone a encender su cigarrillo.
Dos- Oye… no quiero parecer demasiado estricto respecto al reglamento, pero sabes que ahora está prohibido,…
Uno – ¿ Cómo ?
Dos – Esto es un lugar público ¿o no?
Uno – Joder… ¿ Por qué escogí este curro de mierda…? Así que ahora, un policía ni siquiera tiene el derecho de ofrecer un cigarillo a un acusado durante un interrogatorio ?
Dos – Podría demandarte…
El otro vuelve a meter el cigarrillo en el paquete.
Uno – Bueno, pues seguimos, entonces…
Dos – ¿ Tú haces de acusado ?
Uno – Vale.
Se sienta en la silla, y el otro empieza a ir y venir por detrás de él durante un rato. El primero se impacienta.
Uno – Bueno… ¿ Y qué ? Me estoy durmiendo…
Dos – ¡ Espera un poco, joder ! Me estoy concentrando…
Sigue concentrándose un rato, antes de atacar.
Dos – ¡ Vamos, maricón ! ¿ Dónde estabas el miércoles por la noche a eso de las doce ? Acabarás por decirmelo, así que más vale que me lo digas en seguida… y ganaremos tiempo…
Un – Pues, el miércoles a las doce, estaba atracando el super de mi barrio.
Se ríe.
Dos – Joder… Eso no vale… No tienes que decírmelo tan pronto…
Uno (mirando su reloj) – Mira, ya son las ocho… Se acabó, ¿ no…?
Dos – Bueno… Además, tengo que volver temprano a casa… Mi novia me lleva al teatro esta noche.
Uno – No me digas…
Dos – A ver si no es tan aburido como la última vez. Me tuvo que despertar en el descanso…
Se disponen a irse.
Uno – ¿ Y el miércoles por la noche a eso de las doce, que hacías en realidad ?
Dos – Estaba en la cama, fíjate. Como te he dicho.
Uno – ¿ Con tu novia ?
Dos – No, con la tuya, tonto.
Se van.
Uno – ¿ De verdad…?
Oscuro.