Cuatro Estrellas

Una comedia de Jean-Pierre Martinez

2 hombres / 2 mujeres

¡Si dos son compañía y tres son multitud, con cuatro uno sobra en esta alocada comedia espacial! Cuatro pasajeros que no tienen nada en común participan en un viaje turístico al espacio. La convivencia de estos resulta de lo más normal, hasta que la torre de control les dice que debido a una fuga de oxígeno, tendrán que ser repatriados urgentemente. Con el pequeño inconveniente de que no habrá suficiente aire para todos ellos. Uno se debe sacrificar, de lo contrario, todos morirán. Tienen una hora para decidir cuál será el que se convierta en héroe o asesino… El reloj está andando.


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Cuatro estrellas

Una comedia de Jean-Pierre Martínez

Personajes :  

Natalia

Jesica

Jonathan

Iván

 

 © La Comédi@thèque

ACTO 1

 

Modulo principal de una nave espacial, al ser comedia no impide que la escenografía sea extravagante o exagerada en lo que a ciencia ficción se refiere. La pared posterior se puede cubrir con una pintura que represente un cielo estrellado visible desde la ventana. A ambos lados dos tabiques, de un lado un teléfono radio, más una terminal con una luz roja intermitente, y del otro lado un hacha roja también, en una caja de cristal con la leyenda “romper en caso de emergencia”. En la cuarta pared también se incluye una ventana que ofrece a los pasajeros unas vistas impresionantes de la tierra, la luna y las estrellas, de acuerdo con la rotación del habitáculo. A la izquierda del escenario ubicamos la salida para el puesto de mando y el laboratorio. Los baños y salas comunes al otro lado de la cabina. Jonathan, de pie frente al público, sorprendido admirando el espectáculo.

Jonathan – Es increíble, mira Jesica, ¡se ve Argentina!

Jesica, fingiendo que busca algo, lanza una mirada en dirección a Jonathan.

Jesica – Ah, si… Que chiquitita que se ve…

Jonathan – Se ve claramente la Cordillera de los Andes, la Selva Amazónica… deforestada, Punta del Este… ¡Por poco no se ve mi yate! Ahí está amarrado.

Jesica – Con Google Earth se vería. Si solo pudiera encontrar mi celular…

Jonathan – Esto es una locura, que bueno es saber que hoy en día los mapas son estrictamente fieles a la realidad, a diferencia de la edad media que por ejemplo no mencionaban América. Aquí tenemos una prueba visual de aquel error.

Jesica – ¡No me diga que pago este vuelo una fortuna solo para eso!

Jonathan – Pero mira, incluso puedo ver el Rio de la Plata (Se acerca a la ventana) No, no… Es caca de paloma en la ventana…

Jesica (acercándose también a la ventana) – Que curioso desde aquí no vemos las fronteras…

Jonathan (riendo) – ¿Que esperabas ver los trazos como en los mapas de geografía? Dicen que hasta se podía ver el muro de Berlín.

Jesica – Sí, es una pena que ya no exista.

Jonathan – Por suerte todavía se ve la Gran Muralla China!

Jesica – Y pronto se verá la que van a construir entre EEUU y México…

Jonathan – ¿Y usted? ¿Por qué hizo este viaje entonces?

Jesica – Lo gané en un concurso de tv, el primer premio incluía este viaje. Debía adivinar quién era el próximo expulsado en un reality show.

Jonathan – Ah sí, felicitaciones…

Jesica – Aunque debo decir que fuimos miles los que acertamos, finalmente por sorteo salí favorecida…

Jonathan – En cambio a mi este pequeño viaje al espacio me salió un millón de dólares…

Jesica – Claro para ser totalmente honesta, yo hubiera preferido el segundo premio.

Jonathan – ¿Que era?

Jesica – ¡Un Ford Ka!

Jonathan – Ah sí…

Jesica – ¡0 km! Con todos los chiches, levanta cristales eléctricos, cd con mp3, aire acondicionado, por cierto que calor que hace aquí.

Jonathan (vuelve a contemplar el espectáculo delante de él) – Es realmente increíble… No hay necesidad de ver el pronóstico del tiempo desde aquí. Te puedo decir que en aproximadamente una hora, un huracán devastara Nicaragua. Y créame va a ponerse fea la cosa… ¿No le parece divertido?

Jesica sigue su búsqueda por todos lados, excepto en la ventana.

Jesica – Lo tenía en mis manos hasta hace un momento… Que yo sepa no sabe volar…

(Se encuentra cara a cara con Iván, el capitán, que llego desde el puesto de mando)

Jesica – ¡Ah, Iván!

Iván – ¿Buscando algo?

Jesica – Sí, mi iPhone.

Iván (extendiendo su iPhone) – Lo encontré flotando en el techo del baño. Es un pequeño fallo del sistema de gravedad artificial en esa parte de la nave. Voy a tratar de solucionarlo…

Jesica – ¡Gracias señor!

Iván – Por desgracia, no fue el único Objeto Volador No Identificado que encontré cerca del inodoro… ¿Para qué quiere su celular?

Jesica – ¡Una llamada telefónica!

Iván – Creo que eso va a ser imposible.

Jesica – Pero si en los aviones es durante el despegue y aterrizaje que no se puede usar el móvil, ¿verdad?

Iván – Sí. Pero aquí estamos en un trasbordador espacial, claro que puede conectar su iPhone, pero si llega a tener señal a más de 180 km de la antena de su operador, definitivamente me voy a cambiar de compañía.

Jesica – Entonces no se puede llamar de ninguna manera…

Iván – Lo siento…

Jesica – Estoy totalmente aislada del mundo exterior…

Iván – Aislada del mundo no necesariamente, pero digamos que si en el espacio su iPhone llegara a sonar no sería una llamada proveniente de la tierra precisamente.

El teléfono de Jesica comienza a sonar, ella se sorprende.

Jesica – ¿Hola? (Corrigiéndose a sí misma) Perdón es la alarma me olvide de cambiarla.

Iván – Igualmente debo reconocer que cuando se está en órbita alrededor de la tierra es muy difícil saber qué hora es en realidad.

Jesica – Pero en caso de emergencia, por ejemplo, ¿no podemos ni siquiera llamar a los bomberos?

Ivan señala la luz roja en la pared junto a la radio.

Iván – En caso de emergencia estamos conectados a la torre de control constantemente por el panel de la radio. Pero si lo que quiere es cambiar su cita con el peluquero, me temo que va a tener que esperar a que volvamos a la tierra…

Jesica suspira.

Jesica – Ni siquiera sé que ponerme esta noche, con el calor que hace aquí, ¿será una cena de gala?

Iván – Mi Esmoquin lo deje en tierra, pero usted haga como se sienta más cómoda…

Jesica (sonriendo) – Genial…

Natalia entra en escena y cruza a Jesica que sale.

Natalia (con frialdad a distancia) – ¿Hola Jesica, necesita algo?

Jesica (imitando a ET) – Teléfono, casa……..

Natalia niega con la cabeza, Jesica se va.

Jonathan – ¡Miren de este lado ya se ve la luna!

Ivan se queda mirando a Jesica cuando se va a la altura de su espalda baja, lo que no escapo a la atenta mirada de Natalia.

Natalia – Por este lado también se la puede ver… (A Ivan) ¿A quién quería llamar?

Iván – Llamar a su peluquero, la madre, amigas, nada importante digamos…

Natalia no tiene tiempo para responder.

Jonathan – Iván disculpe, ¿esta noche podemos elegir que comer? Lo que hemos comido hasta aquí (Se agarra la cabeza)… Es víspera de año nuevo, ¿no pretenderá que comamos esa comida seca no?

Iván – No se preocupe Jonathan, hoy tenemos Pollo a las finas hierbas………deshidratado, con papas, a eso le agregamos agua caliente y ¡voila!

Jonathan (suspirando) – Con el precio que pague este pasaje esperaba al menos que hubiera caviar en la recepción.

Iván – ¿Por qué no come algunos de sus famosos chorizos?

Jonathan – Traía una valija llena pero me la hicieron dejar por exceso de equipaje, era eso o mi reproductor de DVD con la colección completa de los Simpson…

Natalia – Y como usted es un hombre de buen gusto…

Jonathan – Bueno, mientras tanto para ir despertando el apetito, me voy a la sala de ingravidez a hacer piruetas, todavía no logro entender cómo funciona…

Iván – Perfecto… Vaya hombre diviértase…

Jonathan – Puerco araña, puerco araña, al mal ataca con su telaraña, su colita retorcida… (Natalia niega con la cabeza evidenciando no conocer los Simpson, Jonathan emprende la salida, antes se detiene). Y Natalia. ¿Cómo va su investigación?

Natalia – Dios no creó el mundo en un solo día, deme otra semana para tratar de entender como lo hizo.

Jonathan – ¿Sobre qué investiga exactamente?

Natalia – El Big Bang.

Jonathan (escéptico) – En caso de necesitar asesoramiento comercial me avisa. (Jonathan se va tarareando la melodía de los Simpson) Puerco araña puerco araña, al mal ataca con su telaraña.

Iván (a Natalia) – ¿Sabe cómo hizo su fortuna? Embutidos… Además invento un chorizo con condimento dentro, chimi churri o salsa criolla…

Natalia – Es curioso…

Iván – Es un pesado.

Natalia – Entonces, vale lo que pesa en dólares, sin estos nuevos ricos dispuestos a pagar sumas astronómicas para ver la tierra desde el cielo, yo no podría continuar mi investigación.

Iván – Imagínese, el misterio de cómo empezó todo podría dilucidarse gracias a una marca de Chorizos…

Natalia – ¿Y usted? Sin el apoyo de los canales de tv, volaría un avión de pasajeros a las Islas Galápagos de vez en cuando en lugar de un transbordador espacial, es la triste realidad.

Iván – Los canales de TV están considerando un nuevo concepto de televisión realidad. Algo así como La Casa de la luna, una nueva versión de Gran Hermano pero en el espacio.

Natalia – ¡Gran Lunático! ¡Qué programa!!! Así que por eso Jesica está aquí…

Iván – Quieren saber si por debajo de los 60 iq el cerebro humano se resiste a la ausencia de gravedad. Así que no hay manera de poner en peligro la vida de estos chicos.

Natalia – En ese caso podrían haber experimentado con un pescado.

Iván – Un pescado no es tan bonito de ver como Jesica.

Natalia – Ah por ahí viene la cosa….

Iván – ¡Nooo! No creo realmente que sea mi tipo de mujer.

Natalia – Antes se la comió con los ojos, quien diría…

Iván – No le voy a negar que es hermosa. ¿Usted esta celosa?

Natalia – Celosa yo de ella, además ¿que le hace creer que usted es de mi tipo?

Iván – Por lo menos en la víspera de año nuevo no veo demasiada competencia… a no ser que Puerco Araña sea realmente su tipo de hombre.

Natalia – Tranquilo, su Gran Hermano versión Star Trek todavía no se estrenó.

Iván está a punto de responder cuando el terminal de la pared donde está el teléfono/radio comienza a parpadear en rojo.

Iván – Perdón… Capitán Spock, escucho… (Natalia está por salir pero intrigada por las caras que hace Iván cambia de opinión) Si… Repítame eso por favor… Esta bien… No, no…. Esta bien, manténgame al tanto.

Iván cuelga.

Natalia – ¿Algún problema?

Iván – El centro de control ha detectado una fuga en el sistema de suministro de oxígeno…

Natalia – ¿Es grave?

Iván – Todavía no se sabe… Me dicen que apenas sepan algo más nos comunican… Mientras tanto voy a conectar la alimentación de emergencia…

Jesica vuelve esta vez con un vestido atractivo.

Jesica – ¿Cree que puedo usar este vestido esta noche?

Iván no le presta atención.

Iván – Perdone pero tengo un pequeño problema que resolver. (Aparte a Natalia) No hay necesidad de preocupar a los turistas con todo esto ahora…

Iván se va, Jesica se siente decepcionada.

Jesica – Ni siquiera me miró… Me siento invisible para él… (A Natalia) ¿Usted me encuentra transparente?

Natalia – Al vestido lo encuentro transparente…

Jesica – Quizás fue demasiado….

Natalia – Es víspera de año nuevo y año nuevo es solo una vez al año, entonces por qué vestir igual que siempre, una mujer tiene el derecho de vestirse de puta si así lo desea para año nuevo, no tanto para navidad…

Jesica – ¿No te gusta?

Natalia – Yo no dije eso.

Jonathan regresa siempre tarareando.

Jonathan – Puerco araña, puerco araña…. (Se detiene al ver a Jesica)… ¿Qué me perdí?

Jesica en voz alta.

Jesica – ¿Y usted Jonathan que opina?

Jonathan (atónito, sin dejar de mirarla) – ¿Sobre qué exactamente?

Jesica – ¡Mi vestido!

Jonathan – ¡Ah su vestido, haberlo dicho antes! Yo no lo usaría en invierno…

Iván vuelve. Natalia observa que está aún más preocupado.

Natalia – ¿Está bien Capitán Spock?

Jesica – Pensé que era comandante y su nombre Iván… ¿Spock es el apellido?

Iván – Todo está bien. He conectado el sistema de ventilación de emergencia.

Jonathan – ¿Sistema y emergencia en la misma frase? No me gusta nada.

Iván (mostrando una sonrisa tranquilizadora) – Un pequeño problema técnico, pero se resolverá en un minuto… Tenga plena seguridad que podremos continuar con nuestro viaje como estaba planeado.

Jonathan – Bien, bien… Estaba pensando, como estamos dando vueltas al sol a la misma velocidad que la tierra… Bueno ya sabe, lo que quiero decir es… ¿Cuándo exactamente podemos considerar que es medianoche?

Iván (irónico) – Créame Jonathan este será el año nuevo más largo de su vida…

Preocupación en Natalia.

Jonathan – ¡Qué locura este viaje! De todos modos es algo que se hace solo una vez en la vida.

Natalia – Que la boca se le haga a un lado.

Jonathan – Hace bastante calor aquí. (Hacia Jesica) Tiene usted razón, debería haber tomado el Ka, al menos tenia aire acondicionado.

La terminal de radio de la pared comienza a parpadear. Iván intercambia miradas con Natalia y levanta el auricular. Natalia intenta desviar la atención y señala con el dedo en dirección a la ventana hacia el lado del espectador.

Natalia – ¡Estamos sobre china!

Iván (con el auricular) – ¿Si le escucho?

Natalia – ¡Incluso se ve la gran muralla!

Jonathan – ¿Dónde?

Jesica – No veo nada…

Natalia – ¡Ahí está!

Jonathan – Ah sí, ahí está la veo.

Jesica – Yo todavía no veo nada. Empiezo a preguntarme que es lo que hago aquí.

Iván (en el auricular) – Ok….

Iván cuelga e intercambia miradas de preocupación con Natalia.

Jonathan – ¡Este es el mejor día de mi vida!

Natalia – Y el ultimo…

Iván (a Jesica) – Jesica, me parece que hoy no ha hecho sus sesiones de ejercicio en el gimnasio de ingravidez. Le recuerdo que esto es parte de nuestra rutina diaria….

Jesica (suspiro) – Me marea, yo, caminar por las paredes como una Cucaracha. ¡No soy una cucaracha! ¿Por qué tengo que hacer eso?

Jonathan – Te acompaño, veras que es divertido.

Se va con Jesica, cantando. Iván y Natalia se quedan solos.  

Natalia – ¿Y?

Iván – Es un poco más grave de lo esperado…

Natalia – Me debe decir la verdad, comandante. Le recuerdo que más allá de mi condición de científica yo soy el copiloto de esta nave.

Iván – El sistema de ventilación principal está roto. Vamos a tener que recurrir al sistema de emergencia.

Natalia – Cuanto tiempo nos da el sistema de emergencia.

Iván – Cuatro horas.

Natalia – Lo suficiente para volver a la tierra inmediatamente. Pero no lo suficiente para pasar la víspera de año nuevo aquí. Los turistas se sentirán decepcionados pero a Jonathan le reembolsaran parte del dinero y Jesica tendrá su Ford Ka con aire acondicionado.

Iván – No es tan sencillo por desgracia.

Natalia – Ya me parecía. De lo contrario ¿por qué tendría esa cara de perro mojado? ¿No estaremos a la deriva en esta chatarra?

Iván – El sistema de oxigeno de emergencia solo está previsto para tres personas…

Natalia (asustada) – ¿Es broma?

Iván – ¿Porque tendría esta cara de perro mojado si esto fuera una broma?

Natalia – ¿Pero por qué?

Iván – Usted lo ha dicho, esta nave es una ruina. El propulsor se recuperó de una lanzadera Norteamericana que los americanos consideraban basura, la cabina es de una estación espacial Europea en desuso…. y el módulo en el que nos encontramos ha sido improvisado de una vieja capsula Soyuz Rusa…

Natalia (aterrada) – Si está previsto para tres personas… Entonces ¿Cómo se atreven a mandar a cuatro?

Iván – Puerco Araña pago su pasaje un millón de dólares. Sin él, y los de la Tele el viaje hubiera sido cancelado por fondos insuficientes… y usted nunca podría haber ni siquiera iniciado su investigación.

Natalia – ¿Entonces usted lo sabía?

Iván – Ya se lo dije. Era nuestra única oportunidad de hacer este viaje. ¿Hubiera renunciado a esta oportunidad única de revisar sus teorías acerca del Big Bang?

Natalia – No.

Iván – No… Porque si tiene éxito eso le valdría el Premio Nobel. Usted hubiera continuado a pesar de todo al igual que yo.

Natalia – Lo admito sí, pero nuestros turistas, ellos no son nobelizables. Tienen derecho a saber lo que pasa.

Iván – Ellos si hubieran sabido no venían…

Natacha – Puerco Araña hubiera elegido un “All inclusive” en Bora Bora.

Iván – Si, y Barbie el Ka con aire acondicionado.

Natalia – Bravo…. ¿Y ahora que proponen los brillantes organizadores de abajo?

Iván – Nada, que nos arreglemos solos, la ecuación es simple. Tenemos aire para tres personas durante cuatro horas, o reducimos la cantidad de pasajeros… O debemos dejar de respirar todos durante una hora.

Natalia – ¿Y cómo lo hacemos?

Iván – Con una capsula de Cianuro por ejemplo…

Natalia – ¿Perdón?

Iván – En el botiquín del baño, que también es chino por cierto, hay cianuro… Plan B digamos.

Natalia – ¡Genial pensaron en todo! Igualmente no va a ser fácil encontrar un voluntario para que viaje al más allá.

Iván – Tengo una idea pero no le va a agradar…

Natalia – Pruébeme…

Iván – Un poco de cianuro en polvo sobre las papas, que va muy bien, ella no se daría cuenta de nada…

Natalia – ¿Ella? Es una broma espero.

Iván – ¿Prefiere Puerco Araña?

Natalia – ¡Eso sería homicidio, comandante! A pesar de que nuestra conciencia podría vivir con ello, le recuerdo que este es un acto condenado por la ley.

Iván – Pero mandar a cuatro personas a volar con tres paracaídas en un avión obsoleto es legal…

Natalia – Ahorremos tiempo, está bien. Pero sepa que terminaremos en la cárcel o viviremos con eso en nuestras conciencias por siempre.

Iván – Tiene razón, ¿entonces que sugiere?

Jonathan y Jesica vuelven de muy buen humor, tarareando la canción de la cucaracha.

Jesica – La cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar, por que no tiene, por qué le faltan las dos patitas de atrás…

Jonathan – Y bien comandante ¿es la hora feliz? ¡Tengo los colmillos afilados!

Jesica – Yo también estoy hambrienta.

Natalia (aparte a Ivan) – En todo caso será difícil de ocultar por tanto tiempo la verdad… Sin crear pánico innecesario claro esta… tenemos que decirles.

Iván – Usted dice que les anunciemos a estos dos tarados que uno de ellos es exceso de equipaje, pero calmados… No vayamos a crear pánico innecesario… Eso me gustaría verlo.

Natalia (vergüenza) – Puedo intentarlo…

Iván – Si logra hacer eso también puede competir por el Nobel de Psicología…

Apagón.

 

 

ACTO 2

 

Un grito agudo de Jesica en la oscuridad. Un sonido a cristales rotos. Entonces la luz se enciende. Natalia e Iván están trabajando alrededor de la joven mujer que acaba de desmayarse. Jonathan se encuentra delante de ellos, los ojos desorbitados. El sostiene el hacha que estaba en la caja de emergencia detrás del vidrio que acaba de romper.

Jonathan (empuñando el hacha de forma amenazante) – No sé qué es lo que me frena de abrirle la cabeza a ustedes dos…

Iván –E l hecho de que seamos los únicos que podamos llevar esta nave a tierra quizás…

Jonathan – Pero podría matar a uno, a usted por ejemplo…

Iván – No creo que usted sea capaz de algo así.

Jonathan – ¡Cuidado con lo que dice… he hecho una fortuna en un matadero precisamente!

Iván – ¿Mire que no soy cordero eh? Pero nada le impide tratar, siempre podre alegar defensa propia….

Natalia – De verdad creo que este no es el momento adecuado….

Jonathan – ¿Y cuándo será el momento cuando estemos todos sofocados?

Iván – Si tan preocupado esta le sugiero que deje de respirar una hora eso resolvería nuestro problema….

Natalia (hablando de Jesica) – Basta ya, porque no me ayudan con ella.

Jesica despierta.

Iván – Es una lástima, eso también hubiera resuelto nuestro problema….

Jesica – Díganme que esto es una pesadilla y que finalmente me dieron mi Ford KA.

Natalia – Ojala pero no Jesica… ¡Te has sacado el premio mayor!

Jonathan – No estás en un Ford Ka con aire, no… Justamente aire es lo que no tiene esta chatarra voladora.

Jesica – ¿Entonces es verdad? ¡Todos vamos a morir!

Natalia – No todos se lo aseguro.

Jesica – ¿Entonces debe haber una solución?

Jonathan – Sí. (Irónico) La capsula…

Jesica – De que hablan, me desespera…

Jonathan – ¡La capsula de cianuro! ¿No se da cuenta? Uno está de más aquí, y tenemos una hora para decidir cuál de nosotros es…

Jesica – Oh por dios yo estaba segura de que este viaje era una locura, no debería haber abandonado la tierra, si tan solo hubiera escuchado a mi madre. El espacio no es lugar para una dama. Este es sin dudas un castigo divino. Como la caída del Ícaro……

Jonathan – ¿Y ese quien es, uno nuevo?

Jesica – ¡Un personaje de la mitología griega! Que pretende volar como un pájaro en el cielo pero los dioses lo castigan y sus alas se derriten bajo el sol…

Iván (a Natalia) – En fin… Este sería un buen momento para decirles a estos dos que dios no existe, usted basa su trabajo en la creación del mundo, el Big Bang y esas cosas, está en condiciones de explicarles que ningún señor de barba blanca creo los cielos y la tierra…

Natalia – Pero la pregunta es quien encendió la mecha…

Iván – Bueno… por desgracia no tenemos más tiempo para filosofar. Así que, ¿qué hacemos? ¿Vemos quien saca la pajita más corta?

Jonathan – No no no, eso sería demasiado fácil e imprudente….

Iván – Hablando de imprudencia, usted podría bajar el hacha.

Jonathan baja el hacha de mala gana.

Jonathan – Eres el piloto, y nos has metido en esta mierda. Eras el único que sabía la verdad y decidió callar. ¡Creo que es hora que asuma su responsabilidad! ¡En un barco, el capitán se hunde con él, después de que todos los pasajeros se suben a los barcos salvavidas!

Iván – Atención al Señor Cerdo, llamada desde la tierra…

Jonathan – Se imagina que lindo sería, quedaría como un héroe.

Iván – ¡Esto no es una película, hombre!

Jesica – Sin embargo estamos peor que en el Titanic…

Iván – Yo no soy más que un subordinado, he seguido órdenes.

Jonathan – ¡Es lo mismo que dijo el tipo que soltó la bomba en Hiroshima!

Los dos hombres están al borde de la confrontación, Natalia interviene.

Natalia – ¡Pueden terminar ya! Cansan… Y además queman el oxígeno que nos queda innecesariamente… En cuanto a Iván, es verdad. Sería injusto asignarle la responsabilidad. Incluso si buscamos un culpable les recuerdo que la pena de muerte ha sido abolida en la mayoría de los países democráticos.

Jonathan (señalando a los espectadores como si mirara por la ventana de vidrio) – Deberíamos apuntar hacia China o Estados Unidos.

Natalia – Los verdaderos culpables están abajo eso es verdad. Igual nadie desconocía que la realización de este viaje era más peligroso que ir a San Fermín vestido de rojo y en pantuflas.

Jesica – Yo traje un vestido rojo que me queda lindo.

Jonathan – Esta bien olvidémonos de la tierra por un instante. ¿Qué hacemos? ¿Podríamos tratar de identificar entre nosotros al hombre o la mujer cuya perdida significaría menos para la humanidad?

Iván (irónicamente) – Algo me dice que usted tiene razones para creer que es un tipo indispensable.

Jonathan – Tengo una fábrica que emplea a más de 200.000 personas.

Iván – ¿Y usted realmente cree que su fábrica de embutidos no sobreviviría sin usted? Los accionistas nombrarían otro director general y asunto resuelto.

Jonathan – ¿Y usted tiene razones para creer que tiene más importancia que yo?

Iván – Para empezar sé cómo volar esta nave.

Natalia – Yo también…

Jonathan – Ya ve… Uno de ustedes dos será suficiente para conducir esta nave y proporcionarnos el servicio de habitaciones. El otro puede desaparecer por completo. (A Natalia) Cualquiera de los dos me da igual……

Iván – ¡Usted se cree más útil para la humanidad que un futuro Premio Nobel!

Jonathan – ¿Y por qué no?

Iván – Tiene usted razón si hubiera un premio Nobel de Choripanes seria para usted.

Jonathan – Em-bu-ti-dos. Y si, mis embutidos alimentan a un tercio de la población Argentina. Ahora si hablamos del choripán, todos sin excepción aman un buen choripán. (A Natalia) ¿Usted que hacia?

Natalia – Investigo sobre los orígenes del mundo.

Jonathan – ¿O sea…?

Natalia – Nada.

Jonathan – ¿Y ya encontró respuestas que contesten a sus preguntas?

Natalia – No.

Iván – En este caso no eres tan nobelizable, no sé qué te hace creer que tu investigación sea tan útil para nosotros.

Natalia – Nunca he dicho eso…

Nuevo silencio.

Jonathan (a Jesica) – ¿Y usted?

Jesica – ¿Yo que?

Jonathan – Denos una buena razón por la cual debe volver a la tierra……con vida.

Jesica (patética) – Tengo un gato, un perro y un canario que me esperan en casa… Por no hablar de mi madre…

Natalia – ¡Basta! Este no es el camino. ¡Es monstruoso discutir el valor de una vida sobre otra! Es cierto, tal vez que no he descubierto mucho pero al menos sé que ninguna vida vale menos que otra.

Jonathan – Perfecto, entonces a votar.

Jesica – ¿Qué?

Jonathan – Estaba en contra de la votación hasta hace un momento. Y puede ser que sea difícil sacrificarse por los demás, lo entiendo. Pero votar para ver quién de nosotros es el más digno de asumir este honor me parece estupendo.

Natalia – ¡No estoy de acuerdo!

Jonathan – No tiene que votar si no quiere, estamos en democracia. Pero eso no impedirá que votemos por usted, si no sería muy fácil…

Jonathan toma una libreta y un lápiz.

Jonathan – Cada uno pone un nombre en un papel, lo dobla y se lo entrega a Natalia que los va a abrir. ¿Iván?

Iván – Usted jura acatar el resultado de esta votación.

Jonathan – Lo juro.

Iván – Esta bien, vamos a ver…

Jonathan anota un nombre en la hoja, la corta, la dobla en cuatro y pasa el talonario y el lápiz a Ivan.

Jonathan – Sírvase.

Iván – ¿Por qué esta tan seguro de su popularidad?

Jonathan – ¿Y usted?

Ivan hace lo mismo que Jonathan y pasa el bloque más el lápiz a Jesica.

Jonathan – No se preocupe Jesica cuando todo termine usted tendrá su Ford Ka, yo personalmente me asegurare de ello…

Iván le lanza una mirada asesina, Jesica vacila, corta el papel lo dobla y lo coloca sobre la mesa.

Jonathan – Natalia nos haría el honor de anunciar los resultados de las elecciones.

De mala gana Natalia toma un papel y lee.

Natalia – Ivan… (La tensión es palpable, agarra otro papel) Jonathan… (Ella agarra el tercer papel) Jesica… (Aliviada) La votación no dejo ningún elegido para el martirio…

Iván (a Jonathan) – ¿Yo voté en contra de usted, usted voto en contra mío, y quien voto en contra de Jesica?

Jesica – ¡Yo!

Natalia – ¿Usted estaba dispuesta a sacrificarse?

Jesica – Ay no, pensé que teníamos que votar por quien se tenía que salvar.

Miradas afligidas de los otros tres.

Jonathan – Esto no decide nada.

Iván – En tal caso todos morimos en… (Mira su reloj) unas dos horas……

Jonathan – Y… ¿Por qué estamos discutiendo aquí en vez de emprender la vuelta a toda marcha?

Iván – Porque la nave podrá empezar a ser operada de forma manual una vez que entremos en la atmosfera, lo que será en media hora aproximadamente.

Natalia – Anteriormente girábamos en una órbita distante, pero la nave está en camino, si no, hubiéramos girado alrededor de la tierra para siempre.

Jonathan – Ahora me lo viene a decir. Y pensar que me vendieron este viaje como “una estadía placentera…”

Iván – Así que tenemos todavía media hora para decidir quién de nosotros cuatro tiene las cualidades de un héroe.

Natalia – Es una opción digna de una tragedia griega. Si cualquiera de nosotros no acepta morir, moriremos todos. Cada uno de nosotros tiene pues, la posibilidad de morir y salvar a los otros tres o morir por nada con los otros tres…

Jesica – ¿O un perfil bajo y la esperanza de que otro se sacrifique en su lugar?

Natalia – De todos modos no vamos a usar a nadie de chivo expiatorio. El que muera para salvar a los otros tres debe ser voluntario.

Jonathan – Perfecto… candidatos.

Silencio.

Natalia – Me ofrezco como voluntaria.

Los otros tres se quedan atónitos. Jonathan es el primero en reaccionar.

Jonathan – Excelente, está arreglado. Tenemos que agradecerle, pero después de todo, como decía usted, iba a morir de cualquier manera.

Iván – ¿Por qué hace esto? Sacrificándose como lo hizo Jesús, cuando ni siquiera cree en Dios…

Jonathan – ¿Una pregunta? Dado que la Señora es la voluntaria y estamos todos de acuerdo, a cambio prometo hacerme cargo del 50% de los gastos que su funeral ocasione, por supuesto, ¿Tiene además deseos particulares?

Iván – ¡Cállese! Natalia, usted piensa sacrificarse por un vendedor de salchichas……

Jesica – Mi perro es salchicha…

Jonathan – Ahora son salchichas…

Natalia – ¿Quién les dijo que yo pensaba sacrificarme por ustedes?

Iván – Creo que no vale la pena, créame.

Natalia – Llámelo un acto de orgullo, no sé. Pero si hay que morir, prefiero hacerlo con dignidad.

Iván – No voy a dejar que lo haga.

Natalia – Y cómo piensa impedirlo.

Iván – Soy yo el que tiene la clave del botiquín. Y si alguien tiene que sacrificarse aquí, soy yo.

Jonathan – Bueno no se van a pelear ahora, que con uno basta.

Natalia – ¿Usted estaría dispuesto a hacer eso por mí? ¿Por qué?

Iván – Porque tú lo vales……

Jonathan – Lo que es seguro es que no pueden morir los dos. Uno de ustedes nos tiene que llevar a casa. (Hablándole a Jesica) Solo tengo licencia para camiones. Y esta joven encantadora a duras penas que podría aparcar el Ford Ka en su garaje…

Jesica – No estoy de acuerdo.

Jonathan – Perdón por lo del Ka, retiro lo dicho.

Jesica – No estoy de acuerdo con que Natalia o Iván se tengan que sacrificar por nosotros.

Jonathan – No vamos a empezar de nuevo, esto ya estaba decidido.

Jesica – ¿Cómo podremos seguir viviendo con esto en nuestra conciencia después?

Jonathan – Créame (Mirando su reloj) No tenemos más que quince minutos para decidirlo.

Iván – Entonces ¿Qué sugieres?

Jesica – El azar, es la única solución que me parece justa.

Jonathan – Justa y arriesgada…

Natalia – Me pregunto si no es Jesica la que finalmente tiene la razón, no sé si están de acuerdo conmigo.

Jonathan – ¿Tenemos alguna elección?

Iván – En realidad no.

Jesica – El tema será ahora encontrar el instrumento de azar.

Iván – Yo propondría la Ruleta Rusa. En una cabina Soyuz sería lo adecuado. Pero desgraciadamente las armas de fuego están prohibidas a bordo. Además si la bala atravesara el cráneo y agujereara la cabina, se despresurizaría, sería un desastre…

Jesica – ¿Y si usamos el hacha?

Iván – ¿Y cómo se imagina que técnicamente jugaríamos ruleta rusa con un hacha?

Silencio de reflexión.

Jonathan – ¿Podríamos hacer una partida de Truco? Traje cartas… Cada partido es un litro de aire. Y el perdedor tiene que dejar de respirar.

Jesica – No se jugar al Truco.

Jonathan – Yo le enseño es muy simple… El uno de espada y el de basto…

Iván (interrumpiéndole) – No trate de confundirnos, el Truco no es un juego de azar.

Jonathan – Usted tiene una mejor idea…

Iván – Tal vez…

Ivan está a punto de salir, Jonathan lo detiene.

Jonathan – ¿A dónde va?

Iván – Voy a buscar algo para tomar. Usted dijo que yo estaba a cargo de los servicios de habitaciones. ¿Verdad?

Jonathan – Yo propongo que permanezcamos agrupados. ¿Quién nos asegura que no esté preparando un ataque por la espalda?

Iván – Tiene mi palabra que no planeo ningún ataque, si quiere puede acompañarme…

Se enfrentan cara a cara y finalmente, Jonathan se hace a un lado.

Jonathan – Está bien, estamos entre personas educadas, después de todo…

Iván sale de la habitación. Nuevo silencio. Natalia mira las estrellas a través de la ventana.

Natalia – Lo encontrara raro para un astrofísico pero jamás me tomo el tiempo de mirar las estrellas de esta manera…

Jonathan (indiferente) – Ah sí…

Natalia – Me pregunto si la respuesta no está ahí finalmente…

Jesica – ¿La respuesta?

Jonathan – ¿A cuál pregunta?

Natalia – El origen del universo.

Jonathan (desesperanzado) – Y dale con lo mismo….

Natalia (emocionada) – Y si la pregunta no es científica sino puramente estética. ¿Si Dios es un artista?

Jonathan se encoge de hombros, Jesica también mira las estrellas.

Jesica – Es cierto que es hermoso.

Natalia (a Jonathan) – Venga también, si usted ha hecho este viaje para ver de cerca las estrellas. ¿O no?

Jonathan – Yo estoy aburrido como un hongo, eso me pasa.

Natalia – Creí saber todo lo que se podía saber acerca del cielo y en realidad estábamos a mitad de camino…

Jesica – Sonara extraño, pero no lamento no haber ganado el KA. Incluso si tengo que morir aquí, ahora, no me importa porque he visto esto… Nunca me sentí tan viva.

Natalia – Todos desapareceremos un día. Debemos ser conscientes al levantarnos cada mañana y agradecer por la vida. Después de todo, las estrellas también mueren. El sol mismo un día dejara de brillar.

Jesica – ¿Ahora mismo nosotros somos estrellas entre otras estrellas?

Natalia – Cuatro estrellas si, entre tantas otras….

Jonathan – Cuatro estrellados vamos a ser. Rápido nos vamos a apagar….

Natalia (mirando al cielo estrellado nuevamente) – Las estrellas también se apagan. Pero cuál de ellas alberga el misterio del universo. Del movimiento perpetuo. Un enorme rompecabezas que nunca logramos reconstruir… porque al final siempre nos falta una pieza.

Jonathan – Ahora… cuando nos sofoquemos le pregunta a Dios si la tiene…

Ivan ingresa con cuatro copas de champagne.

Iván – ¿Ya brindaron por el año nuevo?

Jonathan – ¿Ya es la hora?

Iván – Claro ya es hora y una de estas copas contiene cianuro.

Los otros tres se quedan en silencio.

Jonathan – ¡Usted sabe cuál! ¡Fue usted quien las preparó!

Iván – Por esa razón tomaré la última copa en honor a usted Jonathan.

La bandeja se mueve hacia Jonathan invitándolo a servirse, este duda.

Jonathan – ¿En verdad sabe dónde está?

Iván – No, de lo contrario no sería divertido.

Jonathan decide agarrar una copa y luego Ivan le extiende la bandeja a Jesica que también duda.

Jesica – No puedo soportar el champagne, las burbujas me hacen mal.

Iván –o siento.

Jesica se decide por una copa. Ivan le acerca la bandeja a Natalia que sin dudar agarra una también. Ivan toma la última copa, se acercan los cuatro y levantan sus copas para brindar.

Iván – A la salud de los sobrevivientes!

Los cuatros vacían sus vasos de un solo trago.

Jesica – Mmm rica… ¿Tenemos sushi?

Apagón

 

 

ACTO 3

Los cuatro sentados en semis circulo, el ambiente esta pesado.

Jesica – Pensé que un cohete de este tamaño haría mucho ruido. Pero aquí lo que sobra es el silencio…

Jonathan – Un silencio sepulcral.

Jesica – Aquí hay más silencio que en la casa de mi abuela, y eso que ella vive en el campo…

Natalia – El sonido no puede propagarse en el vacío, es por eso que no escuchamos nada…

Jesica – ¿En lo de mi abuela?

Natalia – ¡En el espacio!

Iván – Sin embargo el cosmos es de todo menos tranquilo. La mayoría de las estrellas que vemos han muerto hace milenios en un gran incendio nuclear. Si Dios existe es más parecido al Doctor Strangelove que a George Moustaki…….

Nuevo silencio.

Jesica – No entendí…

Jonathan – Lo que quiere decir, mi querida Jesica, es que las estrellas también mueren constantemente.

Iván – Si y mueren en silencio a pesar de todo ese espectáculo.

Silencio.

Jonathan – ¿No podemos poner un poco de música?

Natalia – ¡Me aterra el silencio eterno de esos espacios infinitos!

Jonathan – Es lo que yo decía…

Natalia – ¡Pascal!

Jonathan – ¿Pascal?

Iván – Blas Pascal. ¿El filósofo?

Jonathan – Ah si en un capítulo de los Simpson aparece con una ardilla y explica la teoría de la probabilidad.

Natalia – Bueno… al menos sacó algo de enseñanza de ese programa.

Silencio. Jesica toma un bocado del plato.

Jesica No era tan malo el pollo disecado este.

Jonathan – Lo que me da una idea… y si empiezo a fabricar y procesar chorizos deshidratados, seria genial y podría exportar en mayor cantidad a menores costos.

Natalia – ¡Que ridículo! A propósito no siento ningún síntoma… ¿Ustedes?

Jesica – Yo tampoco.

Iván – Lleva tiempo que actué el veneno.

Jonathan – ¿Cuánto?

Iván – Un cuarto de hora supongo.

Jesica – ¿Es doloroso?

Iván – No lo sé nunca tome antes de hoy.

Natalia – ¿Cómo antes de hoy?

Iván – Una forma de decir nada más.

Natalia – Si no recuerdo mal el envenenamiento por cianuro en un primer momento causa convulsiones, pérdida de conciencia, coma profundo…

Jonathan – Efectos secundarios…

Natalia – Efecto principal… detiene el corazón por falta de oxígeno.

Todos tragan saliva.

Iván – Era el veneno favorito de la aristocracia nazi. Goering se suicidó para escapar de su ejecución tras el proceso de Nuremberg.

Jonathan – Cometer suicidio para escapar de la ejecución… No veo el beneficio…

Natalia – De todos modos uno de nosotros morirá en los próximos minutos. Sugiero que todos digamos que cambiaría de su vida si tuviera la posibilidad de hacerlo.

Iván – Usted primero….

Natalia – Si no muero voy a volver a una tienda que vi unos zapatos hermosos y darme el gusto de comprármelos.

Jonathan – ¿Eso cambiaría?

Natalia – El precio me pareció exagerado para un par de zapatos… pero esta aventura me ha enseñado la importancia de la frivolidad. ¿Usted Jonathan?

Jonathan – Por empezar debo dejar de preocuparme solo por mí, por eso estoy aburrido, y el cielo es para los pájaros, yo pertenezco a la tierra….

Natalia – ¿Entonces?

Jonathan – Voy a crear una fundación…

Iván – Usted…

Jonathan – ¿Por qué no? ¡Como Bill Gates!

Natalia – ¿Y cuál sería el propósito de esta fundación?

Jonathan – No lo sé. Acabar con el hambre en el mundo por ejemplo.

Iván – Quien daría, eso me gustaría verlo.

Jonathan – No siempre fui rico, no nací en cuna de oro como quien dice.

Jesica – Cuna de plata tal vez…

Jonathan – Puede ser… Mi abuelo fue el que empezó con el negocio de la carne, mi tío y mi padre se hicieron cargo a la muerte de mi abuelo. Mi padre falleció y al tiempo mi tío que no tenía hijos y ahí tuve que hacerme cargo de todo yo.

Iván – En el fondo sigue siendo un tipo de barrio.

Jonathan – Creo que cuando me hice cargo del negocio la idea era esa, alimentar a la gente con menos recursos, yo soy un idealista también, no sé qué me pasó….

Iván – ¿Y usted Jesica?

Jesica – Reanudaré mis estudios, seguiré aprendiendo idiomas.

Natalia – ¿Usted estudiaba?

Jesica – ¿Si, sorprendida?

Natalia – Un poco, qué clase de estudios.

Jesica – Me interesé en la comunicación, el arte, cantar, actuar. Dejé todo cuando me eligieron para miss Argentina…

Jonathan – ¿Eres miss Argentina?

Jesica – Casi… Me hicieron renunciar justo antes de la final. Un ex-novio que subió un video a las redes donde estamos haciendo cosas de pareja, nada extravagante, un video casero que filmamos hace muchísimo, cosas de adolescente rebelde…

Jonathan la mira con otros ojos…

Iván – ¿Así que habla otros idiomas?

Jesica – Con fluidez Mandarín y Francés, el idioma del amor, ahora estoy practicando algo de ruso.

Iván – Haberlo sabido antes, las instrucciones de la nave estaban en chino.

Jesica – Si los idiomas orientales son muy difíciles, el coreano es hermoso, muy musical…

Natalia – ¿Y usted Iván?

Iván (visiblemente fuera de sí) – Creo que para mí no es el momento adecuado de hacer planes de futuro.

Jesica – ¿No me diga que siente las primeras contracciones… digo convulsiones?

Iván – Voy a dejar que termine la víspera de año nuevo en paz. (Se levanta con dificultad y entrega una carta a Natalia) Mira, escribí una carta en caso de… (Natalia toma mecánicamente la carta) Deberías leerla cuando me haya ido… Odio las despedidas…

Natalia (triste) – Te acompaño…

Iván – No gracias prefiero estar solo… Les deseo a todos un buen viaje…

Jesica – Gracias… Usted también…

Sale de la habitación, los otros tres se quedan solos petrificados.

Natalia se levanta y toma el vaso de Ivan y lo arrima a su nariz cuidadosamente.

Natalia – En este vaso nunca hubo veneno.

Jonathan – ¿Cómo lo sabes?

Natalia – El cianuro tiene un ligero olor a almendras amargas, lo he manipulado muchas veces en el laboratorio y tengo un agudo sentido del olfato.

Jesica también huele el vaso.

Jesica – Es verdad, yo tengo un jabón antialérgico con olor a almendras podridas y esto no huele más que a champagne.

Jonathan – Si a Iván solo le ha caído mal la comida, entonces uno de nosotros tres esta por morir…

Natalia huele los otros vasos.

Natalia – Ninguno de estos vasos tiene olor a cianuro.

Jesica – Pero Iván se veía muy mal…

Jonathan – ¿Entonces?

Natalia – Entonces tomó el veneno antes de servir las copas por eso no importaba quien tomara cual ¿Sino por qué escribir una carta?

Jesica – Pero… ¿Porque?

Natalia – Se sacrificó por nosotros. Voluntariamente, pero no quería que lo sepamos.

Jonathan – ¿Por qué haría eso? No tiene ningún sentido.

Natalia – Para aliviar nuestras conciencias, nos deja creer que fue el destino lo que nos salvó y no un suicidio. Los verdaderos héroes no buscan honores…

Jesica – ¡Por dios!

Jonathan – Jamás lo hubiera creído…

Natalia – No tengo palabras…

Jonathan – ¿Que dice la carta?

Natalia – Prefiero leerla más tarde.

Jonathan – Si… pero tal vez tenga alguna información útil, algo que tiene que ver con usted y la operación de esta nave. No olvide que él era el capitán.

Natalia abre el sobre y comienza a leer en silencio ante la atenta mirada de los otros dos.

Jesica – ¿Y? Diga algo…

Natalia – Es una especie de testamento.

Jonathan – Encima nos dejó algo… Que tipo generoso.

Jesica le da una mirada de reproche.

Natalia – Es un testamento y algunos pedidos especiales.

Jonathan – ¿Pedidos?

Natalia – Pide que le dé su nombre a la fundación.

Jonathan – ¿Fundación? (Las dos lo miran con desprecio) Ah si la fundación para los más hambrientos.

Natalia – También le pide a usted Jesica que mantenga su promesa.

Jesica – ¿Mi promesa? ¿Cuál de todas?

Natalia – La de reanudar sus estudios… Él le deja el contenido de la caja de ahorros que poseía para su retiro para que pueda hacerlo.

Jonathan – ¿Cuánto seria… más o menos?

Natalia – Doscientos cincuenta mil pesos.

Jesica – ¿Qué?

Jonathan – Lo que no es poco… si sabe invertir.

Natalia – Algunas recomendaciones para el aterrizaje y no mucho más…

Jesica – A usted no le deja nada… Unos pesos para comprarse los zapatos… ¿Nada?

Natalia (con pesar) – Si pero es muy personal…

Jonathan y Jesica intercambian miradas de asombro al ver a Natalia estremecerse hasta las lágrimas, de repente, en la terminal de la pared donde está la radio comienza a parpadear en rojo nuevamente. Natalia casi sin expresiones levanta el auricular mecánicamente.

Natalia – Si… (Parece descomponerse) ¿Qué… qué??? Si, espero instrucciones…

Jonathan y Jesica la miran con cara de interrogación.

Jonathan – ¿Que pasa ahora?

Natalia – Subsanada la fuga en el sistema inicial de ventilación principal de modulo B de la nave…

Jonathan – ¿En español???

Natalia – Tenemos suficiente oxígeno para llegar a la tierra sin mayores problemas.

Jesica – Genial… (Se da cuenta) Oh dios mío… ¡Ivan!

Natalia se precipita.

Natalia – Voy a ver si todavía podemos hacer algo por el…

Jonathan y Jesica se quedan solos.

Jonathan – Cuando volvamos a la tierra me van escuchar, estos que se creen… Lo vendieron como el orient express, lo más lujoso de lo lujoso… Todo Chino y lo que no obsoleto…

Jesica – Hasta el botiquín era chino…

Jonathan – ¡Es la torre de Babel, este cohete! No exijo que me devuelvan el dinero ya que lo más importante es que estamos vivos. Se da cuenta, ¿no está feliz?

Jesica – Pobre Iván….

Jonathan – Bueno, si eso le pasa por querer hacerse el héroe…

Jesica – Sin embargo que hombre lindo y valiente… y lindo.

Jonathan – Pero yo estoy aquí además de lindo soy joven… y usted no solo joven si no atrevida… ¿Cómo es eso de que hacia películas de porno casero? Honestamente me ha sorprendido, Jesica, peligrosa, bilingüe…

Jesica – Trilingüe…

Jonathan – Esta aventura me hizo pensar, la veo más madura y fuerte de lo que creí, así que tengo una propuesta para ti. Necesito alguien de confianza que me ayude con…

Jesica – ¿La fundación?

Jonathan – Y dale con la fundación… ¿Qué fundación?

Jesica – Hambre… Mundo… Ffundación… Su lado más humano.

Jonathan – Ah eso si… No… Bueno parecido, busco un gerente para ventas en el mercado asiático y usted me puede venir muy bien…

Jesica – ¿El mercado asiático?

Jonathan – Sería una buena embajadora del chorizo usted… Eso no sonó muy bien que digamos.

Jesica – ¿Cree que yo podría hacerlo?

Jonathan – Imagínese, usted habla más idiomas que el papa, pero con más lindo cuerpo, los chinos se vuelven locos.

Jesica – ¿Chorizos en China? Le parece…

Jonathan – Y con la cantidad que son, con que le guste al 30 % de la población nos dedicamos a la exportación y nada más… En cuanto a la estrategia de marketing mientras bebíamos champagne se me ocurrió. Imagínese… (Jonathan mira hacia la luna y dibuja con su mano.) Con un láser gigante proyectamos en la superficie lunar la figura de un choripán y el nombre de la marca en letras grandes. ¿Se imagina el impacto? La cara de esos chinos, todas iguales con cara de no entender nada, porque se vería en todos lados donde sea de noche claro está.

Jesica no tiene tiempo para responder, Natalia entra desconcertada.

Natalia – El está inconsciente en su cama… Ya no se puede hacer nada, así que he decidido unirme a él…

Jonathan – ¿Como que unirse?

Jesica le saca de las manos un frasco a Natalia.

Jesica – Se ha tomado una capsula de cianuro.

Jonathan – Como se le ocurre, todos vamos a morir, esto no puede ser… (Jesica sorprendida) ¿Quién va a tripular esta cosa a tierra?

Natalia – Lo siento yo no pensé en eso… Adiós, sean felices juntos… Yo también me uniré al hombre que amo para toda la eternidad… antes me doy una vueltita por el baño.

Natalia se va.

Jonathan (destruido) – No puede ser, adiós China, mi yate, usted…

Jesica – Aun así es increíblemente romántico…

Jonathan – Y estúpido…

Jesica – ¡Shakespeare! Que prueba de amor, ¿estás dispuesto a morir por mi Jonathan…?

Jonathan – ¿Como si tuviera otra opción?

Ivan acaba de ingresar con un tubo de drogas en la mano.

Jesica (sorprendida) – Mierda ¡Vamos a reescribir romeo y Julieta!

Iván – No entiendo me trague dos capsulas de cianuro y lo único que tengo es dolor de cabeza y sueño…

Jesica mira con curiosidad el tubo que Ivan tiene en la mano.

Jesica – Esto no es chino, es coreano… (Mira el tubo de nuevo) Es una pastilla para dormir vencida desde 1973.

Jonathan – No es de extrañar que no sea eficaz capitán. Entonces estamos salvados y podemos volar a casa, si lo mantenemos despierto por lo que resta de viaje.

Iván – ¿Y Natalia?

Jesica (avergonzada) – Eso le estaba por decir…

Jonathan – ¿Usted puede manejar por una hora? De lo contrario explíqueme brevemente como hacerlo antes de dormirse de nuevo. No debería ser tan complicado volar un cohete.

Iván – ¿Que paso?

Jesica – Estamos salvados capitán, se solucionó el problemita del aire, podemos volver.

Iván – ¿Y Natalia? Dime la verdad…

Jesica – Pasó que…

Jonathan – No la podemos encontrar por ningún lado…

Jesica – Pensamos que estabas muerto…

Iván ve el tubo que tomo Natalia sobre la mesa y se lo lleva.

Iván – No me digan que…

Jesica – Ay si Iván… Ella lo quería demasiado.

Iván – ¡No!

Iván toma en sus manos el tubo que estaba en la mesa.

Jonathan (desesperado) – Soy el único que quiere volver a la tierra…

Jesica vuelve a mirar el tubo que acaba de tomar Iván.

Jesica – Jonathan tiene razón, es mejor volver y tranquilizarnos en la tierra, que le parece capitán. Además esto no es coreano, ni chino, ni cianuro, es un poderoso laxante para el espacio a base de hierbas naturales.

Jonathan – ¿También caducado?

Jesica – Por desgracia no.

Jonathan – Uhh con el inodoro en gravedad cero… y tapado.

Jesica – ¡Un tsunami de caca!

Natalia regresa en ese momento.

Natalia – ¿No saben dónde está la reserva de papel higiénico en esta nave? (Ve a Ivan) ¿Ivan? Entonces usted está vivo…!

Iván – Si Natalia es un milagro. Parece que solo me tome un par de pastillas para dormir… vencidas.

Natalia – Que alegría…

Iván – Sabe que Natalia, la amo… Desde que la vi en un primer momento… ¿Quiere ser mi esposa?

Natalia – Si Ivan (Se están por besar bajo la tierna mirada de los otros dos) Un segundo ya vuelvo.

Sale corriendo agarrándose la panza, Ivan cae dormido al suelo.

Jonathan – No, no de nuevo no…

Jesica entre lágrimas se abraza a Jonathan.

Jesica – Con tantas emociones creo que el corazón va a explotar…

Jonathan – Que corta es la vida y después de todo lo que pasamos juntos… ¿Le gustaría casarse conmigo?

Jesica – ¿Usted se casaría conmigo a pesar de mis pecados de juventud?

Jonathan – No a pesar… ¡Si no por ellos! Además que más nos puede pasar. ¿Quieres la luna?

Jesica – ¿La luna?

Jonathan – En vez del nombre con láser del chorizo en la luna su nombre y el mío entrelazados…

Jesica – Resulto ser un romántico usted.

Se están a punto de besar suena el teléfono de la pared de emergencias con parpadeo en rojo.

Se miran preocupados, Jonathan se decide a atender.

Jonathan – ¿Si? (Preocupado, pero su cara cambia) También lograron destapar el baño.

Jesica – ¿No le digo? ¡El que bien anda bien acaba!

FIN

***

 

El autor

Jean-Pierre Martinez es autor teatral y guionista francés de origen español. Nacido en 1955 en Auvers-sur-Oise, sube al escenario primero como baterista en diversos grupos de rock, antes de hacerse semiológo para la publicidad. Luego trabaja como guionista para la televisión, y vuelve al teatro como autor. Ha escrito mas de 60 guiones para distintas series de la televisión francesa, y 61 comedias para el teatro (13 y Martes, Strip Poker, Bar Manolo, Ella y El, Muertos de la Risa, Breves del Tiempo Perdido, El Joker…). Actualmente es uno de los autores contemporaneos mas representados en Francia, y varias de sus obras han sido ya traducidas en español y en inglés. Es licenciado en literatura española e inglesa (Sorbonne), en linguística (Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales), en economía (Institut d’Études Politique de Paris), en escritura de guiones (Conservatoire Européen d’Ecriture Audiovisuelle). Jean-Pierre Martinez ha escogido ofrecer todos los textos de sus obras para descargar gratuitamente en su web : comediatheque.net.

 

Otras obras del autor  

13 y Martes

Bar Manolo

Breves del Tiempo Perdido

Crisis y Castigo

El Joker

Ella y El, Monólogo Interactivo

EuroStar

Foto de Familia

Muertos de la Risa

Por Debajo de la Mesa

Pronóstico Reservado

Strip Poker

Un Ataúd para Dos

Zona de Turbulencias

Este texto está protegido por las leyes

relativas al derecho de propiedad intelectual.

Toda copia es susceptible de una condena,

hasta de 300 000 euros y 3 años de prisión.

 

París – Febrero de 2017

© La Comédi@thèque – ISBN 978-2-37705-090-1

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